Un introductor en Chile de caballos pura raza, elegido Ganadero del Año en España

Hacía más de 5 siglos que los caballos de pura raza española, que llegaron a América de mano de los conquistadores, no se veían por Chile. Pero 2 décadas atrás, un empresario equitador se empeñó en reconstruir la historia y volver a criar en los confines del mundo uno de los animales más bellos y nobles.

Huiscapi (Chile), 14 nov (EFE).- Hacía más de 5 siglos que los caballos de pura raza española, que llegaron a América de mano de los conquistadores, no se veían por Chile. Pero 2 décadas atrás, un empresario equitador se empeñó en reconstruir la historia y volver a criar en los confines del mundo uno de los animales más bellos y nobles.

Hoy el esfuerzo y la ilusión del chileno Felipe Ibáñez se ven recompensados con el máximo galardón que otorga la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española (ANCCE), el de Ganadero del Año.

El premio le será entregado el próximo día 17 en Sevilla, durante el Salón Internacional del Caballo (SICAB), el evento más importante a nivel mundial de esta categoría ecuestre, adonde cada año llegan 200.000 visitantes procedentes de 60 países.

Los primeros pura raza españoles, como se denomina históricamente a los caballos andaluces, llegaron al Nuevo Mundo en el segundo viaje de Colón, quien por encargo de los Reyes Católicos desembarcó en 1493 en la isla La Española con 24 sementales y 10 yeguas que dieron inicio a la colonización equina de América.

Cinco siglos después, en 1995, Felipe Ibáñez Scott y su esposa, Heather Atkinson -otra gran aficionada a los caballos-, viajaron a España para conocer de cerca la crianza de estos animales de pura raza.

Posteriormente importaron tres sementales y tres yeguas de alta doma que Ibáñez le compró al ganadero español Manolo San Miguel. Eran los primeros ejemplares que llegaban a Chile desde la época de la colonia.

Aunque su propósito inicial era introducir en el país el caballo de pura raza española, Ibáñez acabó fundando la primera escuela chilena del arte de la equitación clásica.

Y lo hizo casi por casualidad, cuando ayudado por un tractorista llamado Johnny Enríquez, a quien Felipe había enseñado a montar, organizó un espectáculo ecuestre en 2002 para agasajar a su amigo

Ibáñez, de formación ecuestre autodidacta, ha instruido a empleados suyos que apenas sabían montar y que hoy son destacados jinetes, como Cristián Rosas, camionero de faenas forestales que hoy es el director de equitación de la escuela, o Carlos Fernández, un antiguo reponedor de mercadería en una cadena de supermercados.

El pasado 15 de octubre, Fernández se llevó dos premios en una prueba de adiestramiento celebrada en el Club de Polo San Cristóbal, de Santiago, en la que Felipe Ibáñez obtuvo el tercero de los cuatro premios en liza.

Todo un éxito para ser la primera vez que los jinetes de la escuela competían ante jueces internacionales.

La Escuela de Arte Ecuestre de Chile se constituyó en 2002 en una finca de 700 hectáreas situada en un pequeño pueblo del sur de Chile llamado Huiscapi donde abunda la vegetación autóctona propia de la Araucanía

La visión de su fundador era realizar una aportación al arte y la riqueza cultural de Chile, e impulsar la proyección de la hispanidad en el país sudamericano.

Hoy, la Yeguada Nobleza del Parque cuenta con 160 caballos, entre yeguas de cría, sementales, potrillos y potrancas, que viven en libertad en las verdes praderas del fundo El Parque.

A diario, 80 ejemplares son montados y adiestrados, de los cuales 55 son de doma, 15 de enganche y 10 de saltos clásicos de escuela. Todos ellos provienen de las principales líneas de sangre de España.

Nobleza, funcionalidad y belleza son las características del caballo español, un animal que está en el origen de tres de las cuatro míticas escuelas de Jerez (España), Cadre Noir (Francia) y Viena (Austria), además de la Real Escuela Portuguesa, dedicada al caballo lusitano.

La Escuela de Arte Ecuestre de Chile, inspirada en la Real Escuela de Jerez, cuenta con varios espectáculos, como la exhibición de gala titulada "Fantasía Andaluza", y diversos números de doma clásica y doma vaquera, además de enganches, cobras de yeguas y saltos de escuela.

Aunque el 95 % de los animales ha nacido en tierras chilenas, todo ellos están registrados y certificados por la Asociación Nacional de Criadores de Caballos Pura Raza Española (ANCCE).

Felipe Ibáñez conoce a todos y cada uno de ellos de memoria. Su historia, sus características y hasta sus manías. "Los caballos de pura raza española no han nacido para estar encerrados, sino para galopar al viento y ser libres", dice.

"Lo que a mí me llena el alma es saber que estamos haciendo las cosas correctamente. Espero que algún día que podamos estar entre las cinco mejores escuelas ecuestres del mundo. Para eso hay que seguir trabajando duramente y con humildad", confiesa.